El waffle, una delicia para cualquier hora del día



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BOLETÍN 62

El waffle, una delicia para cualquier hora del día

Crujiente por fuera y suave por dentro, el waffle se antoja en cualquier momento, es por ello que puedes incluirlo en tu menú como parte del desayuno, el postre del almuerzo o una rica refacción.

Preparado con harina de trigo, huevo y mantequilla, como ingredientes principales, el encanto del waffle está en su característica forma de rejilla y una textura crujiente. Su elaboración antecede a la invención de la waflera en los años 60, pues se sabe que los primeros griegos cocían masa de harina entre dos placas de hierro con grabados, algo similar al método actual.

Posteriormente, en la Edad Media se utilizó el término “waffle” o “wafers”, derivado del alemán antiguo “wafel”, para referirse a un tejido o panal de abeja. El waffle alemán dio origen al gofre francés y de ahí su popularidad en Europa.

El waffle llegó a nuestro continente con los inmigrantes ingleses que arribaron en Estados Unidos, haciendo de esta preparación una tradición. El inventor Maurice Vermersch se inspiró para la invención de la waflera, con la cual se popularizó el waffle belga en América.

Apropiado para cualquier hora del día

Debido a su parecido con una galleta, el waffle puede servirse como desayuno, postre de la comida principal o una rica refacción. Esto depende del tipo de waffle que prepares y los ingredientes con que lo acompañes.

• Para el desayuno o la cena: el waffle norteamericano es el más conocido en nuestra región, tiene forma circular, dividido en cuatro partes y puedes servirlo en el desayuno con fruta. Quedan bien como base para unos huevos revueltos o estrellados, acompañados de salchicha. Esta última opción, muy apetecible para el desayuno o la cena, es preferible con waffles más gruesos, conocidos como gofres de Virginia, y pueden prepararse tanto con harina de trigo como de maíz.

• Para el postre: el indicado para servir después de un almuerzo es el waffle de Lieja (Bélgica), que es redondo y más pequeño al tradicional. Como parte de la preparación se agrega un caramelo para acentuar su sabor dulce y suele servirse con frutas, crema o chocolate.

• Para la refacción: los tres tipos de waffle que te recomendamos para una refacción es el tradicional gofre belga, con forma rectangular o cuadrada, recubierto con azúcar, miel o chocolate y servido con frutas, crema o helado.

Los waffles de lilés (de Lila, al norte de Francia) tiene una forma ovalada y tradicionalmente se rellena con un dulce preparado a base de azúcar morena y vainilla. Otra opción para la refacción es el waffle estilo Hong Kong, que en lugar de cuadrados tiene burbujas, se sirve en forma de barquillo untado con mantequilla simple o mantequilla de maní y azúcar, con un relleno de crema batida y fruta. La preparación de este waffle, llamado también Bubble Waffle, requiere agregar leche evaporada a la masa para acentuar su sabor dulce.

Consejos para preparar tus waffles

Si ya se te antojó un waffle, ponte manos a la obra teniendo en cuenta estos consejos para lograr mejores resultados:

* Usa premezclas para preparar tus waffles de forma rápida, fácil y sabor variado.

* Usa aceite vegetal para reforzar el color de tus waffles al dorar.

* Varía el sabor agregando a la mezcla vainilla, chocolate o un toque de amaretto.

* Asegúrate de que la waflera esté bien seca y úntale aceite de forma uniforme para evitar que los waffles se peguen.

* Para evitar que tus waffles se enfríen y aguaden, colócalos sobre una bandeja y llévalos al horno a 350°F por unos minutos antes de servir.

* Experimenta con diferentes ingredientes para servir, como miel, mermeladas, chocolate, crema batida o helado. Agrega toppings como anisillos, frutos secos y frutas frescas (fresas, arándanos, bananos o moras). Sírvelos de forma tradicional, como paletas o formando diferentes figuras.