La base perfecta
para la piza
¿Hawaiana, Margarita, Cuatro Estaciones o Marinara? No importa cuál sea tu pizza favorita, el primer paso para que quede deliciosa está en tus manos: ¡una masa perfecta!
½ libra de harina fuerte o semi fuerte
4.5 onzas de agua
1 cucharada de aceite de oliva
½ cucharada de levadura fresca
1 pizca de sal
Harina para amasar
Aceite de oliva para hidratarFermentación de la masa
Se recomienda usar levadura fresca debido a su capacidad de fermentación. Recuerda que ésta debe mezclarse previamente con agua templada. Sin embargo, también puedes usar levadura granulada (seca o instantánea).
El proceso de fermentación requiere dejar la masa por lo menos 24 horas en el refrigerador, esto es importante ya que mejorará el sabor, la textura y su digestión. En este caso debes reducir la cantidad de levadura a ¼ de cucharada.
Lo primero que debes hacer es mezclar el aceite con el agua y la levadura. Luego agrega la harina y la sal, y prepara los brazos para un buen amasado.
La harina fuerte es la más recomendada para la base de pizza, aunque también puedes lograr buenos resultados con una harina semi fuerte. El aspecto que debes tener en cuenta al elegirla es que tenga mayor porcentaje de proteína, con ello tendrás más facilidad de desarrollar el gluten para lograr una masa esponjosa.
El gluten es el ingrediente principal para lograr que la masa tenga la elasticidad necesaria y sea el sostén de todos los demás ingredientes. Sin embargo, no basta con que esté en la harina de trigo, es necesario desarrollarlo.
Al amasar, el gluten adquiere la forma de hebras que dan elasticidad a la masa. A más amasado, las hebras son más fuertes y evitarás que la masa se rompa al darle forma a la base de la pizza. Después de amasar la primera vez, debes dejar reposar la masa por unos 45 minutos antes de continuar para lograr mejores resultados con el gluten.
El amasado
Como lo mencionamos, un buen amasado es necesario para lograr que las hebras del gluten se desarrollen. Si la masa se torna demasiado dura y no elástica, puede que esté demasiado desarrollada, por lo que es necesario dejarla relajar por un tiempo.
La elasticidad de la masa también puede verse afectada por la calidad de la harina, por lo que es importante escoger la adecuada desde el principio. También pueden influir la hidratación y la temperatura de la masa.
El amasado correcto consiste en estirar la masa formando un churro, luego retorcer en espiral y volver a reunir la masa. Repite el procedimiento varias veces por unos 10 minutos para lograr que estire y tenga una consistencia homogénea. Añade más harina en la superficie donde estás realizando el proceso de estirado.
El reposo es necesario
También puedes refrigerar la masa, pero tendrás que esperar que se adapte a la temperatura ambiente antes de amasarla nuevamente para evitar que las hebras del gluten se rompan. Este procedimiento también aplica si guardas sobrantes de la masa en la nevera.
Una vez logres que la masa tenga nuevamente consistencia suave y homogénea, estírala con la ayuda de un rodillo hasta darle la forma de la base para tu pizza.